Leer como rebeldía

Nada más terrible que tener que leer, que equiparar a la lectura como una engorrosa obliogación, lejana a nosotros. Sucede desgraciadamente. 
Hay carteles que dicen que seremos mejores personas si leemos. El mundo se llena de palabrería alrededor de la lectura. La lectura nos parece sinónimo de aburrido, cosa seria, solemne.
En el desesperado deseo porque un mayor número de gente le dé una oportunidad al libro, que conozca los alcances de la lectur, se han librado desesperadas batallas en los medios impresos y electrónicos. Aquí en corto, confieso que la lucha por contagiar el gusto por la lectura sólo se puede librar con lentitud, es una batalla más parecida a la seducción que se da entre dos personas que a la comunicación masiva. 
No hay libros equivocados, tal vez momentos equivocados para acoger al libro.
                  Leo, luego escribo. Mónica Lavín.

Comentarios

  1. Qué padre comentario, coincido totalmente!!! el lugar y momento en que uno elige un libro es tan importante e influye tanto al amor que le tendrás que me gustaría equipararlo al encontrar pareja no crees? un abrazo!

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